Misioneros Franciscanos de María Inmaculada

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La Asociación de Laicos Misioneros Franciscanos de María Inmaculada, surge del encuentro de los laicos con las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, con el anhelo de fortalecer su vida y vocación misionera desde la espiritualidad de San Francisco de Asís y la Madre Caridad. Busca la promoción integral de personas, grupos y comunidades, por medio de acciones concretas, que promuevan el amor a Dios y al prójimo, en permanente disponibilidad a la Voluntad de Dios, como respuesta a las necesidades eclesiales y sociales de la realidad circundante. Haciendo "TODO POR AMOR A DIOS Y COMO ÉL LO QUIERE", Beata Caridad Brader.

VIDA DE FRANCISCO DE ASÍS



San Francisco nació en Asís el año 1182, de padres ricos y burgueses, comerciantes en telas, Pedro Bernardone y Madonna Pica. En su juventud se crió en un ambiente de mundanidad y se dedicó, después de adquirir un cierto conocimiento de las letras, a los negocios lucrativos del comercio. Fue un joven alegre y aficionado a las fiestas, pero dentro de la corrección y la honestidad, y por más que se dedicara al lucro conviviendo entre avaros mercaderes, jamás puso su confianza en el dinero y en las riquezas. Dios había infundido en lo más íntimo del joven Francisco una cierta compasión generosa hacia los pobres, la cual, creciendo con él desde la infancia, llenó su corazón de tanta benignidad, que convertido ya en un oyente no sordo del Evangelio, se p
ropuso dar limosna a todo el que se la pidiere, máxime si alegaba para ello el motivo del amor de Dios. (LM 1,1).


En su juventud, Francisco vivió rodeado de guerras, debido a que fue un período de grandes conflictos por el inicio de las cruzadas. Fue así que, en medio de la batalla de Ponte San Giovanni, fue tomado prisionero, por lo que permaneció cautivo más de un año.

En el año 1198, fue parte de la armada papal en contra del imperio germánico, en la cual estuvo bajo las órdenes de Gualterio de Brienne.

En medio de un viaje a Apulia, 7 años después del comienzo del conflicto, escuchó una voz que le decía que debía regresar a Asís. Fue por esta razón que volvió a su pueblo natal, en donde se vio a un guerrero joven pero envuelto en una red de interminables meditaciones solitarias.

A partir de ese momento, Francisco comenzó a demostrarse cada vez más despegado a lo terrenal, por lo que cuenta una leyenda, que un día sus amigos le preguntaron si estaba pensando en formar matrimonio con alguien, a lo que él respondió: "Estáis en lo correcto, pienso casarme, y la mujer con la que pienso comprometerme es tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de vosotros visteis otra igual". Luego de varios meses de reflexión y oración encontró la respuesta a su incógnita, y decidió casarse con la pobreza.

Tiempo después, convivió con los leprosos ayudándolos a curar sus heridas, y dedicó gran parte de su tiempo a reconstruir la capilla de San Damián.

Su búsqueda de llevar el mensaje a todas las personas que pudiera le trajo muchos problemas, pues debió vender varias mercancías de su padre para donarlas y reconstruir las iglesias deterioradas que existían alrededor de su pueblo, por lo que varias personas comenzaron a tratarlo como a un lunático. Según se cuenta, en su camino a casa para verse con su padre, sus antiguos vecinos le lanzaron piedras y lodo. Su padre, luego de discutir con él por lo que había hecho, lo encadenó y lo encerró en un calabozo. Días más tarde, fue liberado por su madre.

Luego de unos meses de predicación, San Francisco consiguió la incondicionalidad de 11 hermanos: Bernardo de Quintavalle, Pedro Catani, Gil, Morico, Bárbaro, Sabatino, Bernardo Vigilante, Juan de San Constanzo, Ángelo Tancredo, Felipe y Giovanni de la Capella2. Con estos hermanos, Francisco; construye la primera fraternidad.

Como nos podemos dar cuenta la conversión de Francisco llevo un tiempo bastante prudente, su cambio no fue de la noche a la mañana; en el proceso de conversión aparecen unos encuentros significativos que lo llevaron a ir descubriendo que hay una manera distinta de vivir, inspirada en el evangelio. Francisco empezó por encontrarseconsigo mismo, dicho encuentro abrió el panorama y le permitió posteriormente encontrarse con los pobres, con los leprosos, con el crucificado, con el Evangelio, con los hermanos. A partir de este momento su proyecto de vida se consolida.

Francisco nunca pretendió formar una comunidad religiosa, ni mucho menos una orden, simplemente quiso vivir el santo el santo Evangelio “viendo en obediencia, sin nada propio y en castidad”. La misión la entendió y la vivió desde la predicación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y en esta tónica se convirtió en un ferviente predicador y defensor de la paz.

Cuando francisco envía a los primeros hermanos a misión les encomienda la tarea de predicar la Paz. “Marchad, carísimos, de dos en dos por las diversas partes de la tierra, anunciando a los hombres la paz y la penitencia para remisión de los pecados. Y permaneced pacientes en la tribulación, seguros, porque el Señor cumplirá su designio y su promesa. A los que os pregunten, responded con humildad; bendecid a los que os persigan; dad gracias a los que os injurien y calumnien, pues por esto se nos prepara un reino eterno”3.

En el contexto de nuestras fiestas universitarias y de la semana por la paz 2014, del 7 al 12 de septiembre del presente año, con el lema: “Ganemos con la Paz… reconciliémonos”, convocatoria nacional de nuestra iglesia católica; queremos invitarlos a comprometernos con ella, la paz es compromisos de todos, tuyo, mio, de nosotros. La paz es compromiso individual y colectivo…

Dentro de este camino de conversión Francisco tiene una particular atracción y compenetración con la naturaleza, en ella experimenta y vive la presencia de Dios.

Por esta singular forma de vida Francisco ha sido reconocido como “el santo de los santos”, “el otro Cristo”, el hermano universal



Leyenda Mayor 1,1. Escritos de San Francisco de Asís.
http://www.biografias.es/famosos/francisco-de-asis.html
1ra Celano 29ª. Escritos de San Francisco de Asís.

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